sábado, 3 de mayo de 2008

Ángel Ganivet


Considerado por unos como precursor de la Generación y por otros como miembro de pleno derecho de la misma, Ángel Ganivet se nos presenta como una figura fundamental para entender las preocupaciones de estos intelectuales de principios de siglo. Su vida fue igual de trágica que la marcha del país. Cursó estudios de Filosofía y Letras y Derecho y, en 1892, ingresó en el cuerpo consular. Fue embajador en Amberes, Helsinki y Riga, ciudad en la que se suicidó lanzándose a las aguas heladas del río Dvina. Fue amigo de Unamuno, amistad de la que surgió su Epistolario (publicado en 1904), obra complementaria de El porvenir de España, en la que se integran la mayor parte de las cartas cruzadas con Unamuno. Ocasionalmente enviaba colaboraciones periodísticas a El defensor de Granada, con las cuales se formaron dos volúmenes: Granada la bella (1896) y Cartas finlandesas (1899). Su obra principal fue publicada en 1897, titulada Idearium español, en la cual analiza la historia de España, sus males y errores y la situación contemporánea en comparación con Europa. Cree en la necesidad de una renovación espiritual inmediata como punto de partida. Dos novelas destacamos de la producción de Ganivet: La conquista del reino Maya por el último conquistador Pío Cid (1897) y su continuación Los trabajos del infatigable creador Pío Cid, del mismo año.

Ganivet puede ser considerado un puente directo entre el Regeneracionismo y los autores del 98, ya que sus inquietudes políticas y sus preocupaciones nacionales entroncan con las de los autores de la Generación que nos ocupa.

No hay comentarios: